lunes, 30 de enero de 2012

21 de Enero - EL PREGÓN

  He tardado tanto en escribir sobre este día porque tenía una duda interna sobre si sería correcto opinar sobre un pregón donde es evidente que no puedo ser objetivo, y porque contar desde mi punto de vista todo lo que viví y sentí ese día sin ser el protagonista quizá no sea lo más adecuado, pero al fin y al cabo, si soy el responsable de este diario, lo haré...
 Esa tarde, habíamos quedado en la Peña a las 16:00 para hacer la prueba de disfraces de la chirigota y yo ya lo noté distinto. Los que lo conocemos sabemos como vive esta fiesta y como vive los nervios previos a una cita importante, pero esa tarde todo estaba multiplicado. Estaba aislado del grupo, como ausente. Ni siquiera quería demasiados abrazos o palabras de ánimo para su pregón, solo quería estar tranquilo con sus pensamientos y seguramente estaba recreando en su mente lo que él esperaba que fuera esa noche.
 Una vez sentado en la butaca, junto a todos los compañeros de la chirigota me empezaron a entrar los nervios a mi también. Yo sé que nunca daré un pregón, pero ese día sentía que de cierto modo yo era parte de ese pregón. Es lo que tiene la amistad, que todo lo que vive un amigo tuyo, lo vives tú con él.
 Antes de que se abrieran las cortinas pensé en como lo estaría viviendo Jesuli. Él está acostumbrado a estar detrás de las cortinas, pero con 14 amigos a su lado a los cuales intenta contagiar de tranquilidad y seguridad antes de cantar, pero allí estaba solo frente al peligro, sin nadie con quien chocar las manos antes de salir, ni nadie a quien colocar en su sitio, estaba solo él.
 Y se abrieron las cortinas,... y lo único que puedo decir es que fue él en estado puro, lo reconocí en cada pasodoble, en cada frase, cuando se emocionaba y nos hacía emocionarnos a los demás. Muchos esa noche descubrieron a Jesuli, otros que ya lo conocíamos sabemos que cada conversación de Carnaval con él es un pregón.
 ¡¡¡Felicidades pregonero!!!

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